miércoles, marzo 08, 2006

No me hagas caso

Al final, como al principio, estoy aqui. Amándote... qué patético, no? Es como si no pudiera cerrar un ciclo que ya está caduco. Sólo quería decírtelo. No por ello te hago corresponsable, no así te hago cómplice, no te compliques, Ella, no te acongojes y mucho menos te enojes. Sólo quise decírtelo a las dos de la mañana de un día cualquiera.

No te olvido, no has pasado, no has terminado de dejar de estar. Ya te digo: no eres cómplice de esta confesión, no eres omnímoda presencia. No eres ni siquiera el dibujo que emborrono. Eres sólo aquí, ahora, en este preciso instante, lo que más amo, lo único que amo, lo que más quiero, lo único que quiero.

Podés estar con quien sea, podrás haberte casado, podrás amar a unos cuantos, podrás desear a otros más. Pero ya te digo: esto de aquí, esto que estoy sintiendo a las dos y media de la mañana, es para ti, es por ti, es sólo porque un día cualquiera (no recuerdo si fue en esta vida) te conocí, te asumí, te quise, and so on.

Shhh. Calla, no respondas, que esta confesión me duele más a mí que a vos. Tuve que reintentar lo no intentado para deducir lo nunca pensado. Pero basta ya de palabrería. Creo que nada es mejor que el hermoso silencio tuyo. Así que guarda esto para nosotros dos. Asúmelo y disfríutalo. No lo digas a nadie. Sólo seamos dos que saben lo que nadie más podría saber jamás.

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