martes, marzo 21, 2006

Inventario

Para "Cecilia", ojalá lo lea.
El encuentro de agosto decidido por anticipado. La casi perfección del nombre, los dos ojos que miraban con tristeza y derribaban al más pintado, un par de piernas exceso, media cintura dos cuartas menos que lo imperfecto, cuatro cartas escritas en ningún lado, con remitente y destinatario. Los dedos largos y finos, pesadilla repetida del pasado. La rola de la Guzmán, crucificada en mi piel a punta de besos, algunas noches clandestinas, más tardes de besos fugaces, algunas mañanas de telegrama, mensajes con señales de humo, el "no quiero pedirte, porque no te ofrezco nada"
Un cuello que retaba a los labios, el perfecto cruce entre sensualidad y ternura, dos contratiempos y cincuenta desencuentros. Un rumor sordo que no te deja pensar. La playa de su cuerpo haciendo constelaciones sobre mi sonrisa. Una botella de vino que no bebimos, el aferrarse a la mano que no puede ser por más tiempo un puerto seguro. Ciento cuarenta sarcasmos, siete lágrimas bebidas, una sola promesa incumplida, su olor penetrando mi vida.
Veintiocho experiencias ofrecidas a su antojo, cuatrocientas palabras con el graffiti de su nombre, la luna tatuada en su espalda. Una escapada de la cárcel sin cerrojos, tres libros compartidos, algunos cafés, los cigarros justos y requeridos.
Cero futuros, cuatro pasados, menuda tarea construir el presente sobre el azar de los dados. Una historia que ya no sé si ocurrió. Un grito y la mentada de madre que se quedó a punto de ser esbozada, mis labios añorando su cuerpo, el encierro al que nos condenamos, esta lontananza que no termina de crecer, la de veces que nos extrañamos con ese programa absurdo que pasa en la tv.
Un reencuentro con más dudas que respuestas, más besos, menos frases, la otra canción, el suspiro que no expresé ni expreso. Acabar escribiendo, tanto tiempo después, el inventario de la resignación...
Vale pues. Salud y que el debe sea menos que el haber (o era al revés?)
Ulises, recordando al Bunbury que decía aquello de "y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar..."

Primavera

"ese hombre que entra al bar sin sombra que le ladre..."
Amaury Pérez

Se trata solamente de un tipo caminando por el boulevard. De los muchos que te encuentras por las venas de esta paralítica ciudad. Se trata sólo de un fulano que camina ensimismado, con la vista fija en ninguna parte, en cualquier lado. Se trata de un soldado más, de un obrero más, de un lumpen más, con más deudas que ganancias en la cuenta de la felicidad. No es una crónica desesperada, ni una historia repetida al infinito, pero es otra de esas historias trilladas, de cualquiera que podría sentirse vivo si se le acabara la soledad.
Se trata sólo de un día más de cláxones y mundanal ruido, de compra, vende, renta, habla, piensa, pero no digas "yo existo." Se trata sólo de un hombre que camina y recorre las aristas del cubo que le tocó adornar. Se trata también de ausencias y largas noches, de llantos reprimidos, de copas rebosadas de locura, de alguno que otro reproche y del finiquito en el contrato de ternura.
Se trata, como sabés, de una tarde -la primera- de la primavera, que duele en cada hueso, que sabe a nostalgia sin tiempo. Se trata sólo de unas letras mal ordenadas, mal ordeñadas, para decir lo que se la extraña.
Vale pues. Salud y que el exilio de la vida no os deje caminando como zombies por la ciudad.
Ulises, sonriéndole a la luna, si es que hubiera...

jueves, marzo 09, 2006

Algunas cosas que ya no te diré

Aquella tarde, o aquellas tardes, cuando decidiste que mejor ya no, había preparado algo sólo para vos y para mí. Iba a hacer una enumeración de algunas cosas que ya no te diré. Como por ejemplo: que sos tan necesaria que duele respirar sin ti, que sos tan irrepetible que de sólo recordar tu mirada, sonreía, y en tus palabras encontraba el motivo para el exhorto a la felicidad.
Algunas cosas que ya no te diré: que tenía preparado un lugar para vos y para mí, que fui a ver los departamentos pequeños, siempre pequeños, para iniciar el camino juntos, compartir esta mascarada de la soledad y su melancolía, del pesimista y su gusto por el ajedrez.
Algunas cosas que ya no te diré: como aquella de tener el video clip justo para decirte que el destino nos cambia en un momento y es tiempo de cambiar el nuestro. Algunas cosas que ya no te diré: como que mis grandes fracasos los convertís, sólo porque sos vos, en pequeños éxitos, y hasta decirte que con sólo algunas tazas de café y conversación frente a vos, soy feliz, sólo con eso.
Algunas cosas que ya no te diré: como las otras de que con vos me siento completo, que nadie más podría ser mi pareja tan des-pareja como vos lo sos. Cosas tan triviales y tontas como darte flores y prometerte, jurarte, esta vez sí, que nada ni nadie nos va a separar.
Tenía preparado -como verás- todo un tinglado de sonrisas y aburridora ternura, de lágrimas de felicidad y madrugadas de pasión. Tenía preparado -como sabrás- un último intento de ser feliz, de retar a la maldición vetusta de mi soledad, de despilfarrar besos, abrazos y retos al qué dirán.
Pero vos -flaquita- no habés querido. Así que anoche me dio por escribirte "algunas cosas que ya no te diré"...
Vale pues. Salud y que la vida no os rete tan trepadoramente que tengaís que renunciar a lo jamás anunciado.
Ulises, sonriendo mientras mira las profecías cumplirse.

miércoles, marzo 08, 2006

No me hagas caso

Al final, como al principio, estoy aqui. Amándote... qué patético, no? Es como si no pudiera cerrar un ciclo que ya está caduco. Sólo quería decírtelo. No por ello te hago corresponsable, no así te hago cómplice, no te compliques, Ella, no te acongojes y mucho menos te enojes. Sólo quise decírtelo a las dos de la mañana de un día cualquiera.

No te olvido, no has pasado, no has terminado de dejar de estar. Ya te digo: no eres cómplice de esta confesión, no eres omnímoda presencia. No eres ni siquiera el dibujo que emborrono. Eres sólo aquí, ahora, en este preciso instante, lo que más amo, lo único que amo, lo que más quiero, lo único que quiero.

Podés estar con quien sea, podrás haberte casado, podrás amar a unos cuantos, podrás desear a otros más. Pero ya te digo: esto de aquí, esto que estoy sintiendo a las dos y media de la mañana, es para ti, es por ti, es sólo porque un día cualquiera (no recuerdo si fue en esta vida) te conocí, te asumí, te quise, and so on.

Shhh. Calla, no respondas, que esta confesión me duele más a mí que a vos. Tuve que reintentar lo no intentado para deducir lo nunca pensado. Pero basta ya de palabrería. Creo que nada es mejor que el hermoso silencio tuyo. Así que guarda esto para nosotros dos. Asúmelo y disfríutalo. No lo digas a nadie. Sólo seamos dos que saben lo que nadie más podría saber jamás.