miércoles, octubre 31, 2007

Insomnio

“y aunque sé que no era la más guapa del mundo
Juro que era más guapa que cualquiera…”
(Joaquín Sabina, “Más Guapa que Cualquiera”)

Para la "miss de Kinder " más bonita que se haya visto

Siempre supo que ella sería una buena idea. Desde aquel semáforo en rojo que fue el trabajo, donde la encontró, tuvo la certeza de que la búsqueda había terminado. Al fin algo parecido a una sonrisa se dibujaba en las tardes de café y ensayo político –que tenía más de político que de ensayo. Por fin el motivo exacto para suspirar sin tener que acudir al pretexto fisiológico del “no es suspiro, es tomar aire”, cobraba sentido. La mirada encendida, los poros gritando “es el tiempo”, abrieron compuertas, descompusieron olvidos, exiliaron amarguras; todo se conjugó para que aquella mañana tuviera el valor para ir y plantársele de frente a decir: “hola qué tal…”

Y así, con un encuentro “casual”, cruzaron miradas en la cafetería de la escuela. Ambos sonrieron: ella y la sonrisa trident, él y su mascarada de dientes chuecos. Tomó valor de quién sabe dónde y le recitó aquello de: “soy perfectamente capaz de soportar…”, ella sonrió. “También he visto la película” le dijo. El diálogo fue largo –mucho más que este escrito- y después, ya se sabe, los detalles que a él ya no le gustaban, las pequeñas e insignificantes cosas que ya él no hacía: una barra “bran-frut” por la mañana para ella; la visita de ella al cubículo de él; las miradas maliciosas y traviesas de los de intendencia porque “cada vez llega más temprano profe” y “ay miss, ese profe es muy enojón” y las sonrisas cómplices de los amaneceres en que se iban conociendo.

Luego, para seguir el libreto de las relaciones al pie de la letra, la invitación como al descuido: “¿vamos al cine?”, a continuación la cena, si no es mucho pedir. Y la semana siguiente, y la otra y la otra, y otra más. Teatro y “los monólogos de la vagina”, fines de semana en el café y el antro (“con lo que me gustan los antros”, decía él); y también el gimnasio –donde ella era instructora de spinning; el hábito de fumar arrojado al bote de la basura; la mirada de ella, su cabello negro –“largo como madrugada, oscuro como mi pre-vida”- le escribió él.

La Primera Noche. Descubrir el cuerpo sin premisas y con pesquisas, con versos y besos, a la vista del tacto, al tacto de la vista. La semioscuridad y ellos dos, nadie más. Los pasados sin futuro; el presente en un torrente de buenos presagios. La sonrisa de ambos y los besos en voz baja antes de dormir.

Finalmente el despertador, que anuncia las cinco y media, hora del baño. Ella no está, nunca ha estado, tal vez nunca estará. Todo fue un sueño. Pero "qué hubiera pasado, qué hubiera pasado…" se queda pensando él. Luego, a la ducha. Y sonríe y rompe a carcajadas porque esta noche tuvo un sueño, uno de esos sueños de los que uno no quisiera despertar…

Vale pues. Salud y que “la vida sea sueño”, como dijo aquel.

Ulises, sonriendo al cuarto para las diez, con los ojos tapizados de “el sueño.”

viernes, octubre 19, 2007

Aquí me quedo.

"... contigo el mundo no tiene final..."
("Algo Más", La Quinta Estación)

Para Alberto, Cynthia... para todos los matrimonios felices.
"Aquí me quedo." Así lo dije y te lo sostengo. Ahora que hay tantas apuestas contra esto que es tan nuestro. Ahora que ni una esperanza, que muchos teatros y muchos perdones y algunas venganzas, puedo decirte: "aquí me quedo" Y esa frase le puede reventar a más de dos, a muchos pájaros de mal agüero, pero ¿qué saben ellos?
¿Saben de tu paciencia inveterada? ¿o de tus caricias con lagunas de miradas?, ¿de tus labios sobre la vida, del acecho de la razón a través de mis contradicciones? ¿Qué saben? Hoy. Aquí. Sólo quiero decirte que aquí me quedo. Cuántas veces te busqué en otros nombres, en todo el mosaico de colores de los ojos. En quién sabe cuántas veces. Y todo para saber que ahí estabas, tan linda como una mañana, como una moneda de oro, una canción recién cantada, ahí estabas, aquí estás.
Y yo, que buscaba a alguien radicalmente diferente a vos, yo que juraba nunca cometer el sano delito del "por siempre, amor"; ya me ves: aquí y necesito decirte esto. "Aquí me quedo" porque son tan simples tus cualidades, porque tienes la comprensión, porque posees la humildad, porque ríes con mis malos chistes, porque me adjudicas crímenes perfectos de estadía y locura. Porque, como ya te digo, sólo sos vos la fuente de ternura.
Ahora sonrío por el antes... Ay Dios! "el antes" ya ha sido y me sirve para saberte tan mía, tan linda, tan propia, tan universal, que no sé a quién agradecerle: al Destino, a tus amores previos, a Dios. Tantas veces nos desencontramos del amor, quién creyera que íbamos a creer, quién iba a suponer que no nos íbamos a hacer malas pasadas, dime, mi niña-esposa, ¿quién iba a creer que íbamos a ganar todo en una jugada?
Así que "aquí me quedo" Ahora... a construir el día a día, con mis desórdenes, con tus manías; con tus enojos y mis alegrías. Ahora, mi niña-esposa, a luchar al dos por dos, por esta maravillosa cosa que llaman simplemente AMOR.
Vale pues. Salud y "que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel"
Ulises, tomando agua mineral, porque el alcohol de las bodas hace daño.

viernes, octubre 12, 2007

Una carta para usted.

"...Los he querido mucho,
sólo que no he sabido expresar mi cariño,
soy extremadamente rígido en mis acciones
y creo que a veces no me entendieron..."

Carta del Dr. Ernesto Guevara a sus padres.

Para Susana, Miguel y Cristian.

Dicen que estás muerto. Cuentan que te asesinaron a mansalva. Dicen que algunos lloraron y que otros definitivamente sonrieron satisfechos; pero que los más, estaban paralizados por el estupor. Dicen que te capturó la CIA y sus mandriles puñeteros del cono sur. Me dijeron que te convertiste en mito, que tu leyenda ha surcado el mundo entero, que la foto de Alberto, sí, Korda, a quien no le dieron ni un peso por la tal foto, le dio la vuelta al mundo y que tu imagen es la más reproducida en la historia de la humanidad, mucho más que la de un tal Jesús (amigo tuyo, también comunista).

Dicen tantas cosas... cuentan que los jóvenes del sesentayocho eran discípulos tuyos, que se inmolaron "a lo pendejoy ya ves, ¿para qué?" así dicen. Cuentan que te peleaste con Fidel y con Raúl, que te quedaste solo por decir siempre lo que pensabas, eso cuentan. Que Fidel te abandonó, que les dijiste a los rusos que su comunismo era pavada, que en la ONU tomaste el micrófono y les dijiste dos frescas a los gringos... eso dicen.

Cuentan que los jóvenes que naciste te siguen de maneras patéticas: alcoholizándose (¿autocrítica?), fumando mota, bailando como imbéciles "ska", siendo anarquistas, pintando graffittis y destruyendo todo, sin perspectiva... eso cuentan. También dicen que muchos escribieron biografías y adquirieron renombre con ellas, que Paco Ignacio, que O'Donell, que Kalfon y hasta el pendejo del "güero" Castañeda hicieron lo suyo. Dicen que el pobre diablo del Vargas Llosa hizo gala de su imbecilidad (¿qué se podía esperar de él?)y dijo que sólo habías sido un aventurero, eso dicen.

Dicen tantas cosas, cuentan tanto, bueno! te platico que hasta la gusanera de Miami, sí, esos renegados malagradecidos hicieron un "documental" (¡ja!) donde te ponían como mercenario y hasta terrorista. Cuentan tanto... y yo sigo preguntándome: ¿realmente estás muerto? Porque si lo estuvieras, porque si realmente tu convicción se hubiera sepultado contigo, ¿a qué tanto denuesto? ¿por qué tanto y tan acre esfuerzo por hablar de ti? ¿No será que muchos quisieran tener tu perseverancia y tu honestidad? ¿No será que muchos hombres -o que pretenden serlo- te admiran en silencio porque se venden, se emputecen por unos cuantos pesos? ¿No será que las mujeres quisieran un hombre la décima parte de íntegro que vos?

¿Y no será, finalmente, que a cuarenta años que te fuiste, resulta que tenías razón? ¿y que el hombre necesita una refundación? ¿no será que te extienden vituperios y maldiciones posfechadas porque sienten esa impotencia disfrazada de clasemediero, obrero wannabe burgués que les corroe las entrañas? Quién sabe.. yo nomás te cuento lo que me dicen, lo que alcanzo a pepenar en las pláticas de café.

Por si las dudas, Comandante, donde estés, te agradezco el ejemplo, te comento que me cuesta, pero que procuro la honestidad (aunque eso, vos sabés, sea a cambio de la "paz y la estabilidad" a la manera burguesa de verlo), que procuro la disciplina, que no me miento y no miento (más que en defensa propia). Por si las dudas, Comandante, aunque bien sé que lo sabes, te cuento lo que cuentan... lo que dicen, lo que hablan...

Hasta la Victoria Siempre

Ulises.