viernes, junio 03, 2005

Después del silencio.

Recuerda la historia. No la olvides. Escríbela en tu piel, en el ruido de los bares, en papeles inservibles. No olvides esta historia de acordes mayores, del corazón y sus tremores, de sirenas encendidas en el alma, de incendios por doquier.
Recuerda la historia, Niña, no la olvides. Mientras? podés divertirte, juega a ser feliz, procura expropiar la felicidad. Besa muchos labios, todas las bocas que puedas. Entrega el cuerpo cuantas veces sea necesario (no muchas, espero) para borrarme de tu piel. Memoriza otros nombres, otros rostros, las fechas de cumpleaños de tus aduladores, sus números telefónicos (ya sé que para eso está la Palm, pero te lo recomiendo como ejercicio de memoria).
Recuerda la historia. Haz lo posible por saciarte de palabras cursis que otros pronuncien. Cobija muchos mentones y cabellos de todos los colores en tu regazo, visita muchas ciudades, todas las que puedas. Regala todas las estrellas que te he regalado, los libros que no hemos leído, ve a leerlos en otras alcobas. Sé justa: exígeles que aprendan poesía, que te escriban, que te describan, que te inventen.
Recuerda la historia. A mí, olvídame, como lo has hecho ya. Pero recuerda la historia, porque es linda, muy linda, y además, alguien tiene que escribirla, porque yo, te confieso, casi no recuerdo cómo fue.
El U, con la amnesia selectiva, que le dice él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre me ha gustado como escribes y siempre he aprendido algo de tí, que me enseñas o que me robo, qué mas da...

Ojalá pudiera escribir como tú...
encontrar las palabras, el sentido y la inspiración...