miércoles, enero 27, 2010

Antes de amanecer.

Para Ella y su escepticismo
Procuro cuidar que el sueño no me venza a esta hora y en esta mesa de apuestas que no sabe de soledades ni abandonos. Decido mirar mi juego y entreverar en cada "as" y cada "dama" una letra de tu nombre, que sonrías al descubrirte en una frase, en una letra, quizá entre líneas. Como cuando te digo "ternura" y tú no haces sino guardar silencio y volver a barajar...
Es extraño decirte este tipo de cosas aquí y ahora, en la última mesa del casino, cuando ambos tenemos bien claras mis filias y tus fobias. Tal vez porque eres mi más dulce filia, quizás porque soy tu más ligera fobia. Cierro los ojos y no alcanzo a comprender cómo, por qué, cuándo ha ocurrido todo esto de empezar a jugar sin bluffear, destapando las cartas sin tener el revolver a la mano. Pero tampoco busco explicaciones. Y menos ahora. He apostado por la vida, y también te he dicho -viéndote a los ojos: "va mi resto"
Apenas si se puede creer que todo sea tan clandestino, misterioso y oculto. Es decir, en cualquier sociedad que se precie de civilizada, tú y yo seríamos sólo un par de anacoretas jugadores retándose mutuamente en este póker sin principio ni final. Pero la gente observa, espera la siguiente carta, vigilan tus expresiones y las mías. Me miras a los ojos como desde una fotografía.
Me froto fuerte los ojos, bostezo, tengo frío. Sostenerte la mirada no es empresa fácil, tampoco decirte entre dientes que quiero asaltarte los labios, morder tu sonrisa, abrazarme a tu vuelo. Será que eres mi secreto más público, menos oculto, más indispensable.
Enciendo un cigarrillo y descubro los ases, los reyes, el full como método mientras tu rostro no se mueve un ápice. "Pago por ver", te digo más confundido y nervioso que un estudiante de segundo de secundaria delante de la chica popular da la escuela y tú no disimulas la carcajada...
Y entonces no sé cómo responder a la sonrisa, será que cada día que transcurre, inyectas un poquito más de tu inspiración y locura en mis venas, debajo de la piel, en cada poro. Será que una por una tus cartas forman la flor imperial. Será que me sobran palabras, que no resisto las ganas, de besarte los labios, una y otra vez más.
Será que sonríes complacida y dices "has vuelto a perder". Será que despierto a las cinco, a las seis, a las diez, e imagino cómo sería beber tu veneno, siempre, siempre antes de amanecer...

1 comentario:

JoseOliverHdz dijo...

Solo pocos sabemos expresar bellas palabras, para la creacion mas hermosa del universo.
Que bueno que sea asi profe, espero que sea en verdad todo esto que usted dice