Se citaron a oscuras.
A nadie le comunicaron que, por fin,
se habían encontrado.
Se dijeron con la mirada y el gesto de aburrimiento
que ese restaurante de quince para las dos,
por fin (por fin!)
los había asociado.
Era una profecía sin faltas de ortografía.
Era una limpia y llana dedicación para ellos.
Pero ella no creía
Y sin embargo él tampoco.
Se mirarían de vez en martes pidiendo el mismo platillo
a las trece cuarenta y cinco,
mientras el partido y la conversa
y los besos en la ensalada.
Él dejaría la mirada larga mientras ella,
con la sonrisa bien arreglada,
no haría cortesías ni cortejos.
Sólo pediría la cuenta
entre la lluvia desolada.
También se encontrarían de mañana
muy temprano
antes que amaneciera
o muy tarde
cuando ya nadie los viera
Pero no se mirarían (ése era su pacto silencioso).
Ella apretaría los ojos
si él pasaba Carmen Aristegui en los auriculares
él haría mutis si la veía concentrada
entre Brozo y vomitivos similares
Y ambos se morían por un beso
que sabía a mucho
o sabía a nada
a quizás,
a quién sabe,
a tal vez,
a para siempre
a mañana.
Él haría como que le daba importancia
mucha
a la pose de diva
y el aliento ahogado,
sufragante,
pernicioso de ella.
Ella haría como que
le daba importancia
trascendencia
a sus pensamientos
-los de él-
todos ellos
de mal talante
Pero cada que se encontraban,
él, tan sin poses,
ella, tan sin sentidos,
se sonreían, se besaban
se desnudaban
se existían
Y entonces el mundo era perfecto
Eran risas
Eran sonrisas
Era un exceso.
Se buscaban sin encontrarse
se hallaban sin pernoctarse
se quisieron
sin horas
sin tiempo
Sin "holas"
Sin "adiós"
Lugar de ocio, de letras, de historias absurdas, de historias de amor, que siempre son las más absurdas
sábado, septiembre 21, 2013
sábado, septiembre 14, 2013
Mariana
No cumple aún los cuatro. Pero tiene el cabello muy negro y la mirada furiosa. La Mariana se pasea victoriosa entre los derrotados. Y dice que ella es hija de profes, porque eso es, una hija de esos "pichisMaistrosGuevones". Platico con La Mariana y me cuenta que en su pueblo no hay ni agua, ni carne, ni esas cosas que se le hacen tan raras...
Pero "La Mariana" sabe de dignidad, sabe de luchas y sabe de coraje. Si alguien le pregunta por qué está aquí, ella responde que por hacer un país mejor. Claro! me parece un adoctrinamiento fastidioso y le doy duro a la pregunta:
-"país mejor? por qué?"
Ella, La Mariana, la simple, sencilla, de ojos grandes, Mariana, responde desde su pueril lógica:
- "porque si todos somos pobres, ¿quién va a trabajar?"
Maravillado por "La Mariana" (nueva ideóloga de la izquierda), me voy a recorrer el zócalo, donde hay compañeros, camaradas, donde está la gente, esos "pichisMaistrosGüevones" que tanta latan dan, que tanta dignidad enseñan, que tanto le rompen los huevos a la comodidad, que mañana serán desalojados.
Desde aquí, desde esta hora, desde ya y para siempre, me da lástima México y sus mexicanitos mediocres de congreso, corbatas y café. Siento pusilánimes a esos "godínez" aspiracionales que mañana ladrarán a favor del desalojo. Me den pena ajena, lástima perenne los "mexicanos" (¿?) que huyeron a USA, Dubai, Canadá, UK, or somgüer" para reproducirse y ser los puñeteros de mierda que pueden juzgar la guerra desde el comedor.
Admiro a Mariana y su gran coraje de quedarse, de sobrevivir, de reproducir la lucha de clases una y mil veces más. Admiro esos cuatro años de coraje, de resistencia, de valentía. De no dejarse manipular tanto y de tantas maneras como tanta gente, patética, mediocre, que vive sin vivir...
Ulises Palacios Martínez, a 11 de septiembre de 2013
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