"... y es que no importa que digan que está trillado
hablar de amor, que maldigan
si no han probado la noche
en sus brazos de sol ..."
Alejandro Filio ("Brazos de Sol")
Ahora que el tiempo ha pasado, más de muchos años, pienso, evoco, recuerdo. El Alzheimer sigue sin sembrar totalmente su semilla en mi. Recuerdo cómo fue ese primero de mayo en la Feria de San Marcos. Recuerdo.
Recuerdo que ella iba vestida de noche: pantalón negro, sueter negro alto, cabello al viento. Labios rojísimos y sonrisa perversa. Recuerdo nuestra breve conversación y su "ya me voy". Mi número anotado en un papelito. Ella sonrió -como por protocolo- y sólo le faltó decir: "nosotros te llamamos"
Luego, doce días después (cómo olvidar ese 13 de mayo), la llamada, la delicia de su voz, el "te invito a café" y su "mejor invítame una chela". La risa -su risa como milagro. El beso, el primero, mis manos por su rostro, la vida misma encerrada en el unosetenta infernalmente hermoso.
Recuerdo. Claro que recuerdo. Las noche de bohemia: cantando, suspirando, platicando, comparándonos, cotejándonos, queriéndonos, llorándonos mutuamente solos. Recuerdo. Recuerdo amanecer los sábados e ir al desayuno -como náufragos- a cualquier restaurant, ella diciéndome "marido" y yo tratándola de "esposa" (esas cosas que la gente no entiende y todos se toman en serio), mientras los realmente interesados saben que no son ni marido ni esposa (ah! pero cómo quisieran serlo)
Ella tan divertida para saber que nuestro noviazgo duraba medio día. Yo tan solemne que entendía que ese juego no duraba más de una partida. Recuerdo. Claro que recuerdo. Recuerdo su piel delicada y dulce. Recuerdo sus labios, sus mejillas, su cabello. Recuerdo. Claro que recuerdo!
Por eso ahora que la veo en el altar, tan propia, tan ella, tan celebérrimamente protocolaria, tan propia y tan seria, me pregunto: ¿recordará cuando el mundo era una risa? ¿cuando entre sus manos y mis manos la vida era una carrera?... Sólo eso me pregunto.
Vale pues. Salud y que los matrimonios sean un éxito
Ulises, firmando de testigo del suicidio.